El transporte neumático se basa en el movimiento de sólidos en una corriente de aire a una velocidad determinada y en una dirección predeterminada.
El volumen y presión de aire necesarios se calculan en cada caso, en función de la distancia a recorrer y de la naturaleza del producto a transportar.
Una instalación de transporte neumático consta, en líneas generales, de los siguientes elementos:
Ventilador centrífugo;
Sistema de carga (tolva, válvula dosificadora, boquilla Venturi,…);
Ciclón y sistema de descarga;
Filtro de mangas;
Red de tuberías de diámetro adecuado.
Principio de Funcionamiento
El transporte neumático ofrece positivas ventajas frente a otros
sistemas mecánicos de transporte como cintas, tornillos sin-fin,
elevadores de cangilones, etc. Enumeramos a continuación algunas de ellas:
SEGURIDAD DE FUNCIONAMIENTO
Únicamente necesita un elemento mecánico: el ventilador. De esta manera se reducen sus costos de mantenimiento.
No se precisa desmontar la instalación en caso de averías.
El diseño del ventilador permite sobrecargas sin peligro de quemar el motor.
Mínimos gastos de conservación y mantenimiento.
No existen mecanismos complicados ni órganos sujetos al desgaste.
FLEXIBILIDAD DE MONTAJE.
La red de tuberías puede acomodarse a la configuración de sus
instalaciones, sujetándose a los techos y paredes, aprovechando zonas muertas para dejar el mayor espacio útil libre.
Los tubos pueden atravesar paredes, tomar curvas, elevarse en vertical y acomodarse a cualquier trazado que difícilmente podría ser adoptado por cintas o elevadores mecánicos.
Un gran número de cintas transportadoras puede sustituirse con éxito por una sola tubería.
OTRAS VENTAJAS
Las tuberías se conservan siempre limpias y no retienen parte alguna del producto transportado, lo que permite transportar alternativamente materiales diferentes sin presentarse contaminación apreciable. Este detalle es de gran importancia en instalaciones para productos alimenticios, farmacéuticos, químicos, dietéticos, etc…
El transporte neumático intensifica las mezclas ya que la corriente turbulenta mezcla aún más intimamente los productos transportados.
La corriente de aire favorece el producto, se encarga de enfriarlo, airearlo y entregarlo en óptimas condiciones para el envasado o procesos posteriores.